El Plan Nacional de Producción Consumo y Comercio de Nicaragua, ciclo 2020-2021, presentado el 28 de mayo de 2020 por el titular del Ministerio Agropecuario, Edward Centeno, se propuso sembrar 1 millón 50,000 hectáreas de granos básicos: maíz blanco (333,200 hectáreas), frijol rojo (79,100 hectáreas), arroz de riego (69,300 hectáreas) y arroz de secano (650 quintales).
Según Centeno, este plan garantiza la “Seguridad Alimentaria y Nutricional”, con las finalidades de que las familias tengan acceso a “alimentos sanos, inocuos y seguros”, garantizar el abastecimiento nacional y avanzar en las exportaciones de productos como café, carne y productos lácteos.
No obstante, el plan del gobierno no tomó en cuenta la advertencia de que la Covid 19 está poniendo en peligro los “sistemas alimentarios” en el mundo, tampoco menciona las medidas a tomar con relación a la pandemia. Antes de la COVID-19, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el hambre seguía en aumento. En 2019, casi 690 millones de personas pasaron hambre. De acuerdo con el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el mundo 2020, la pandemia pudo haber llevado a otros 130 millones de personas a sufrir de hambre crónica en 2020. En América Latina, cerca de 14 millones de personas estaban en condición de “inseguridad alimentaria aguda”. De ellas, 4.5 millones son de Centroamérica, señala el informe de Oxfam “Aquí lo que hay es hambre – Hambre y pandemia en Centroamérica y Venezuela”.
De acuerdo con el mapa de Predominio de Desnutrición (POU) en sus siglas en inglés, de la FAO, Nicaragua es el tercer país de Centroamérica que, en 2019, presentó el mayor número de personas con desnutrición (1,1 millones), sólo atrás de Honduras (1,3 millones) y Guatemala (2,8 millones).
El Plan Estratégico para Nicaragua 2019-2023 del Programa Mundial de Alimentos (PMA) gestionado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), reconoce que Nicaragua había logrado un crecimiento económico sostenido en los últimos cinco años -antes de 2018- y una reducción en la prevalencia de la pobreza que, en 2014 se situaba en aproximadamente el 30 % y de la pobreza extrema situada en el 8 %. Sin embargo, alerta que los bajos ingresos, el predominio del empleo informal, la fragilidad socioeconómica, las desigualdades de género, el cambio climático y los eventos naturales siguen amenazando la seguridad alimentaria. Agrega que, Nicaragua sigue siendo uno de los países más pobres de la región, con una pobreza que afecta en particular a los menores de 17 años. Además, prevé que, debido al aumento de la inestabilidad social, Nicaragua se enfrenta ahora a una recesión económica, que puede llevar a un aumento de la pobreza y amenazar los medios de subsistencia de las personas más vulnerables.
Para cumplir las metas del Plan Nacional de Producción Consumo y Comercio del ciclo 2020-2021, las autoridades agropecuarias nicaragüenses centraban sus esperanzas en un buen invierno. Sin embargo, los huracanes Eta e Iota, arrasaron con estas expectativas. Un informe preliminar del Gobierno de Nicaragua, presentado por Denis Moncada, canciller de Nicaragua e Iván Acosta, ministro de Hacienda y Crédito Público (MHCP), estima que los huracanes ocasionaron daños por 742 millones de dólares. Las pérdidas en el sector productivo aún no han sido cuantificadas, pero sólo en el sector pesquero, se estiman en casi 20 millones de dólares.
La Costa Caribe Norte es una de las dos regiones autónomas de Nicaragua, cuenta con una superficie de 33,106 kilómetros cuadrados. Su cabecera regional es Puerto Cabezas. Es una región multilingüe y multicultural, habitada mayoritariamente por miskitos y mayagna con una cosmovisión propia en su relación con el medio ambiente. Cuenta con un gobierno regional y autoridades comunales. Acá la propiedad de la tierra es colectiva. Viven de la agricultura de autoconsumo, la casa y la pesca.
El Caribe Norte de Nicaragua es una zona rica en recursos naturales: bosques, mares, suelos, tierras, ríos y, minerales. A pesar de esto, es una de las regiones más pobres de Nicaragua y altamente vulnerable a eventos naturales como los huracanes.
El Plan estratégico para Nicaragua (2019-2023) del PMA manifiesta que, las tasas de pobreza son elevadas en la zona central y en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN) y la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS). Los grupos indígenas mayagna, miskitos, ramas, creoles y garífunas representan el 9% de la población e históricamente han vivido el abandono del Estado de Nicaragua. El Caribe nicaragüense cuenta con un régimen de autonomía que, en la práctica, ha sido socavada por el Gobierno Central, según el texto de Dolene Miller y Pablo Guillén, “Autonomía de las regiones de la Costa Caribe de Nicaragua (1987-2019)”.
El Caribe Norte quedó sumergido en la incertidumbre tras el impacto de los huracanes Eta (3 de noviembre) e Iota (16 de noviembre), dejando destruida sus redes de producción alimentarias. Ambos huracanes tocaron tierra en el litoral sur del Caribe Norte, golpeando a las comunidades de Wawa Bar, Haulover y Wounta. También causó daños en Puerto Cabezas, Yulú, Sangnilaya, Francia Sirpi, Waspam y otras comunidades del Triángulo Minero (Siuna, Rosita y Bonanza).
Haulover es una comunidad costera formada por una barra de tierra ubicada entre el Mar Caribe y la Laguna de Haulover. Los comunitarios la describen como un lugar paradisíaco, con árboles de coco a lo largo de la costa y en los patios de las casas de tambo, construidas con madera. Es uno de los principales destinos turísticos del Caribe Norte. Las familias de esta comunidad miskita se dedican principalmente a la pesca artesanal y a la agricultura familiar. Esta combinación de agua y tierra les genera gran diversidad alimentaria. Pero, con el paso de los huracanes Eta e Iota, Haulover ya no es la misma, quedó totalmente destruida. Las casas y los cocos fueron arrasados. La comunidad quedó partida en dos, ahora un caño une a la laguna con el mar. A pesar de ser una zona propensa a los huracanes, sus familias han empezado a regresar de los refugios para reconstruirla y recuperar sus medios de vida.