La respuesta del gobierno
Nicaragua cuenta con la Estrategia Nacional de Promoción de la Agricultura Familiar para la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2019 – 2021. Como su nombre lo indica está enfocada en la seguridad alimentaria y no en la soberanía alimentaria, esta última entendida como el derecho de las comunidades a producir sus propios alimentos, lo cual implica priorizar la producción local, garantizar el acceso a la tierra, al agua, a la semilla y al crédito. También tiene que ver con el derecho de las personas consumidoras a poder decidir lo qué quieren consumir, cómo y quién se lo produce.
Según la estrategia del gobierno, la agricultura de las familias nicaragüenses representa un componente importante en la seguridad alimentaria y nutricional, por su aporte significativo en la producción de alimentos para el autoconsumo y la generación de ingresos.
Con esta estrategia, el gobierno busca ampliar la producción para mejorar la disponibilidad de alimentos, promover hábitos de consumo sanos y nutritivos en las familias, así como la generación de ingresos a partir de la comercialización de los excedentes de la producción. Añade que, los cultivos a promover son ricos en proteínas, vitaminas, fibras, calcio y hierro para una nutrición adecuada, de tal manera que garantiza una alimentación diversificada, así como el emprendedurismo en el modelo de economía creativa para aprender, emprender y prosperar.
Los cultivos priorizados en la estrategia son: arroz, frijol, maíz, yuca, sorgo, nopal, ojoche, amaranto, semillas jícaro, marango, camote y ajonjolí. También prioriza la siembra y producción de hortalizas de hojas como espinacas, acelga, mostaza china, apio, lechuga y repollo.
La estrategia también contempla la crianza y manejo en producción de especies menores como gallinas, chompipes, patos, codornices, ovejas, cabros, porcinos, garrobos y conejos, para promover el consumo de proteína de origen animal.
La estrategia contempla cuatro líneas de acción:
- Fortalecer la agricultura familiar diversificando la producción con alimentos nutritivos
- Promoción de tecnologías según las zonas productivas.
- Procesamiento y conservación de cultivos
- Promoción de consumo de alimentos sanos y nutritivos.
El pasado 11 de enero, Daniel Ortega conmemoró sus 14 años consecutivos en el poder. Ese día, anunció sus planes con relación al sector productivo, confirmando así su apoyo a la agroindustria y a la cadena de comercialización a nivel nacional y regional. Entre los programas anunciados mencionó el de mejoramiento genético de la población bovina (ganado) y porcina (cerdos), fortalecer la producción de pasto para mejorar la nutrición y el rendimiento del ganado, recuperar y reactivar la pesca, rehabilitando la infraestructura, cadena de frío y equipamiento para la pesca, acopio y comercialización. La flota pesquera, el laboratorio de peces de agua dulce en San Carlos, Río San Juan, producción acuícola, plan de peces para la vida y habilitación de fondos para reactivación productiva, fueron los otros proyectos anunciados por Ortega.
Con relación a los proyectos productivos mencionó la producción de semillas de granos básicos como frijoles, arroz, maíz. Además de hortalizas y cítricos. Asimismo, habló de un proyecto para fortalecer las capacidades de experimentación y transferencia de tecnologías agropecuaria para la Costa Caribe, fortalecimiento del sistema de vigilancia sanitaria agropecuaria a través de las MiPymes del campo y la ciudad, el programa patio saludable, programa de producción de huevo en pequeñas granjas avícolas y mejoramiento genético de aves. “Todo esto involucra a miles y miles de familias del campo y también a alguna gente que se encuentra en las zonas periféricas de las ciudades”, mencionó Ortega, sin dar datos concretos sobre el número de personas beneficiarias ni de los lugares específicas de intervención.
Producción en tierras comunales en medio de la violencia
En Nicaragua, siete de cada diez productores no cuentan con recursos suficientes para producir. Las tierras son acaparadas para el fomento de la producción agroindustrial y ganadera. Selmira Flores, directora del Programa de Investigación y Desarrollo del Instituto Nitlapan de la UCA, explica que existe una enorme desigualdad en el acceso a la tierra, pese a la reforma agraria.
“Hay todo un proceso de concentración y de acaparamiento de tierras y de despojo de la tierra de familias campesinas, de pueblos indígenas o de familias que tienen tierras pequeñas a nivel individual y que paulatinamente las van perdiendo porque no tienen posibilidades de trabajar esas tierras o dividirla, ya que no encuentran políticas de apoyo que les permitan invertir y trabajar dignamente en las áreas productivas que poseen”, manifiesta Flores.
Por su parte, Jürgen Guevara, oficial de industrias del Centro Humboldt, asegura que casi el 100% de los recursos destinados a la producción agrícola está en manos del 30% de los productores, quienes tienen la mayor cantidad de recursos y de tierra; y, por ende, una mayor dinámica de expansión de monocultivos como caña de azúcar, maní, palma, entre otros. El 70% de los productores restantes, casi no tienen recursos.
El estudio “Mujeres Miskitu en sus dinámicas comunitarias: Acceso a la tierra y participación en cuatro comunidades del territorio de Tasba Raya”, señala la importancia de la tierra en el contexto del régimen autonómico. Si bien, el marco general del sistema sociopolítico de la autonomía promueve y protege los derechos de los pueblos indígenas, en la práctica es un desafío debido a la inminente llegada de los frentes de colonización agrícola y ganadera que se dirigen hacia el Caribe, presionando los recursos y los territorios donde han habitado estos pueblos indígenas.
El territorio de Wangki Twi Tasba Raya (WTTR), agrega el documento, experimenta el desplazamiento de la población producto de los tensionamientos derivados del proceso inconcluso de la demarcación y titulación de territorios indígenas. Un estudio realizado por Selmira Flores de Nitlapan identificó que la invasión a territorios indígenas afecta las dinámicas de la vida de las familias, siendo uno de sus aspectos la pérdida de áreas de cultivo y de caza, restringiendo el consumo de proteína animal.
Según la investigación, las mujeres, particularmente, se ven obligadas a buscar nuevas áreas de cultivo y con ello el riesgo a la inseguridad alimentaria por la aparición de plagas y enfermedades, la infertilidad de los suelos y la baja productividad, afectando el abastecimiento básico en los hogares a pesar de ser zonas más cercanas a la comunidad.
Los grupos indígenas de Nicaragua se han enfrentado por años al acaparamiento de tierras promovido por empresas mineras, la industria ganadera y los migrantes (colonos) de otras partes del país, señala un informe de Oakland Institute, publicado en abril de 2020 por The New York Times.
El gobierno de Nicaragua no sólo ha fallado en hacer cumplir las leyes que protegen a sus pueblos indígenas y sus tierras comunales, sino que está promoviendo activamente la apropiación ilegal de tierras y otorgando concesiones a empresas mineras y madereras, señala el informe.
Por su parte, El informe “Resistencia Miskitu: una lucha por el territorio y la vida”, elaborado por el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) con apoyo del Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (CEJUDHCAN) señala que, históricamente los pueblos Miskitu han vivido en una situación de desprotección estatal, exclusión y pobreza con respecto de la población mestiza de Nicaragua, además de un constante acecho de personas ajenas a las comunidades que se internan en sus territorios ancestrales con la intención de despojarlos de ellos y aprovecharse de los recursos naturales, generando desplazamiento y una crisis alimentaria sin precedentes”.
El Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (CEJUDHCAN), para hacerle frente a esta situación, ha desarrollado un programa de agroecología que beneficia más de 300 mujeres, principalmente de las comunidades afectadas por las invasiones de colonos o terceros.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha tomado cartas en el asunto. El 14 de octubre de 2015 otorgó medidas cautelares a favor de las comunidades indígenas miskitu de “Esperanza, Santa Clara, Wisconsin y Francia Sirpi” ubicadas en el territorio Wangki Twi-Tasba Raya, en vista de los constantes ciclos de violencia, asesinatos, amenazas y actos de hostigamiento presuntamente perpetrados por parte de “colonos” dentro de los territorios de comunidades en el marco de un conflicto territorial y de procesos de saneamiento realizados por el Estado. Estas medidas fueron ampliadas el 16 de enero de 2016 y, después, el 8 de agosto de 2016 a favor de personas defensoras de derechos humanos de la organización CEJUDHCAN: Juana Bilbao, Deborah Escobar Lackwood, Jiménez Wilson Rosales, José Medrano Coleman Alejandro, Delvin Rosalio Colomer y Mariela Castillo Hawkins.
El 23 de noviembre de 2016 y 22 de agosto de 2017, la Corte Interamericana resolvió ampliar las medidas provisionales para proteger a los miembros de la Comunidad Indígena Miskitu de Esperanza Río Coco, y de la Comunidad de Esperanza Río Wawa, así como a las personas que presuntamente hayan tenido que abandonar dicha comunidad y deseen regresar. Asimismo, el 23 de agosto de 2018, la Corte Interamericana decidió ampliar las medidas provisionales a favor de la defensora de derechos humanos Lottie Cunningham Wrem y del defensor José Coleman.
Desde 2015, más de 40 indígenas de la Costa Caribe Norte de Nicaragua han sido asesinados y muchos más han resultado heridos y secuestrados, según el Instituto Oakland. “La violencia aumenta cuando el mundo se centra en la Covid”, dijo Anuradha Mittal, directora ejecutiva del instituto y autora del informe. “La gente dice, olvídate de morir por Covid, estamos muriendo por invasiones de tierras”.
En la costa Caribe Norte de Nicaragua, muchas comunidades indígenas luchan por la vida y por recuperar sus medios de vida. El programa de agroecología de CEJUDHCAN fue afectado por los huracanes, pero lo reactivarán de nuevo para que germine la esperanza en las mujeres beneficiadas.