Un migrante guatemalteco mira a través de la ventanilla de un autobús después de ser deportado de Houston, Texas, EEUU, junto a otros 74 migrantes, el lunes 4 de mayo del 2020. Foto\Oliver de Ros
Migrantes guatemaltecos hacen cola para entrar a un autobús después de ser deportado de Houston, Texas, EEUU, junto a otros 74 migrantes, el lunes 4 de mayo del 2020. Foto\Oliver de Ros
Migrantes con cubrebocas en plena pandemia del COVID-19. Foto\Oliver de Ros
Foto: Oliver de Ros
Los trámites para la regularización migratoria en México, quedaron suspendidos hasta que la crisis por la pandemia aminore. Mientras, militares y agentes migratorios contienen protestas de quienes demandan agilidad en sus procesos. Foto\Ángeles Mariscal
Desesperados, cada mañana decenas de migrantes acuden a las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano. Esperan que en algún momento la pandemia pase y todo “vuelva a la normalidad”. Foto\Ángeles Mariscal
Los balseros que antes cruzaban migrantes hacia México, ahora esperan que pase la pandemia para recuperar la bonanza del negocio transfronterizo. Foto\Ángeles Mariscal
Jóvenes migrantes quedaron atrapados en la frontera sur de México, sin posibilidad de continuar su ruta al norte o regresar a su país. Foto\Ángeles Mariscal
Manuel Orozco, director del Programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano. FotoCortesía de Diálogo Interamericano
Jugando fichas, migrantes buscan ocupar las horas en el interior de albergues. Los días se hicieron largos desde que cerraron la frontera. Foto\Ángeles Mariscal
Pobladores de ciudades fronterizas en México instalaron retenes para impedir que migrantes transiten por su territorio. Foto\Ángeles Mariscal
Mujeres y niños se mantienen firmes en su deseo de migrar al norte. La pandemia no los detiene, sólo los retrasa. Foto\Ángeles Mariscal
Militares y agentes migratorios contienen protestas de quienes demandan agilidad en sus procesos en México. Foto\Ángeles Mariscal
Las centroamericanas Alma, Nolvia, Jenny y Zoila ven pasar los días mientras esperan refugiadas en un albergue de la ciudad de Tapachula. Foto\Ángeles Mariscal