Otras Miradas
8 de noviembre de 2021
Las votaciones realizadas ayer en Nicaragua dan una abrumadora victoria al presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo con un 75% de los votos, sin embargo, los resultados son a todas luces cuestionables por tratarse de unos comicios sin competencia, pues todos los candidatos que podían haber enfrentado a Ortega están encarcelados, y la abstención alcanzó un 81.5% según la organización independiente Urnas Abiertas.
La extenuante jornada del domingo 7 de noviembre estuvo marcada por una fuerte presencia policial en las calles de Managua y otros departamentos del país centroamericano, el apresamiento de algunos activistas territoriales – los pocos que quedan tras el masivo exilio desde 2018 –, la poca afluencia de la ciudadanía a los centros de votación, la guerra de hashtags en redes sociales, la obstaculización del trabajo de periodistas independientes que a pesar de todo dieron cobertura al proceso, las denuncias de trabajadores del Estado sobre la presión recibida para que fueran a ejercer el voto y enviaran prueba de ello, y el discurso de Ortega que atacó a la oposición tildándola una vez más de terrorista y justificando la existencia de los más de 150 presos políticos, entre ellos los 6 potenciales candidatos que le disputarían el poder.
Nicaragua está en la mira de la comunidad internacional, representada en organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE), Estados Unidos y otros países que se han pronunciado tras consumarse lo que la oposición llama “farsa electoral” o “una pantomima” como calificó estas elecciones el presidente de EE.UU., Joe Biden. Las protestas de nicaragüenses en el exilio, en distintas capitales de América Latina y Europa, también dejan ver que lo de Nicaragua sobrepasa las fronteras de Centroamérica.
Los medios independientes aliados de Otras Miradas en Nicaragua hicieron una cobertura exhaustiva y permanente de las elecciones, documentando la situación en los centros de votación, las estrategias del gobierno para disimular la masiva abstención y analizando paso a paso las reacciones de la comunidad internacional y el futuro de este país. A continuación un recuento de las principales notas y análisis publicados por Onda Local, Divergentes, Nicaragua Investiga y Confidencial durante las votaciones y tras el anuncio del Consejo Supremo Electoral anunciando la victoria esperada que consolida al revolucionario Ortega en su cuarto mandato consecutivo.
A través de archivos sonoros, este podcast reconstruye la carrera política del líder sandinista que acaba de conseguir, con sus rivales presos, una nueva reelección, y la ratificación de que su poder en el país recuerda cada vez más al que tuvo la sanguinaria dinastía Somoza.
Para este 07 de noviembre, se inscribieron seis fórmulas presidenciales, correspondientes a los partidos políticos que participan de las votaciones en Nicaragua. Previo a esta jornada politólogos, opositores, ciudadanía han denominado este día como un “circo electoral” y han tildado de “partidos zancudos” a quienes aparecen en la boleta electoral, por ser considerados aliados del régimen y colaboradores del dictador Daniel Ortega, quien se ha encargado de asegurar su cuarta reelección.
Para Amnistía Internacional una cuarta presidencia de Daniel Ortega en Nicaragua es aterradora debido a que las violaciones a los derechos humanos se volvieron cada vez más comunes durante su gobierno. “Este nuevo y consecutivo mandato de Daniel Ortega y Rosario Murillo, como presidente y vicepresidenta, vaticina la perpetuación de las estructuras que han implementado la estrategia represiva contra voces críticas y garantizado la impunidad de crímenes del derecho internacional.”, dijo Erika Guevara Rosas.
Daniel Ortega y Rosario Murillo se han atornillado en el poder a través de unas elecciones sin competencia y legitimidad. La ciudadanía dio un portazo a “la farsa” con una abstención sin precedentes. Los próximos cinco años se presentan dramáticos para los nicaragüenses que deben soportar la represión del régimen, pero también, a decir de analistas políticos, más pobreza y la agudización de la crisis económica. El presidente Joe Biden sostuvo que la pareja presidencial “orquestó una elección pantomima que no fue ni libre ni justa, y ciertamente no democrática”. Ahora quedan “sin un mandato democrático”, advierte la Casa Blanca.
Después de depositar su voto, junto a su esposa y compañera de fórmula, Rosario Murillo, el comandante Daniel Ortega dijo este domingo por la tarde que “el voto no mata a nadie”, para referirse a la crisis política que estalló en Nicaragua en abril de 2018. “El voto no llama a hacer tranques, a que se paralice la economía y no llama al terrorismo”, agregó Ortega, quien justificó el arresto de los siete precandidatos, líderes opositores y el proceso sin competencia que se desarrolla con una baja participación de electores.
Estados Unidos, 27 países de la Unión Europea, España, Alemania; Costa Rica, Panamá, Chile y Ecuador han rechazado los resultados preliminares de las votaciones que mantienen en el poder a Daniel Ortega y Rosario Murillo por cinco años más. En tanto, Venezuela y Rusia son los únicos países que han reconocido el desenlace de los comicios. “No vamos a intimidarnos», contestó ayer el canciller de Nicaragua.
Tras unas votaciones controladas por Daniel Ortega y cuyos resultados eran más que previsibles, los partidos políticos participantes, llamados «colaboracionistas» por la oposición, guardan absoluto silencio aunque sobre el proceso.
Según el primer informe preliminar del Consejo Supremo Electoral (CSE), con un 49.25% de las mesas de votación escrutadas, el FSLN se alza con la «victoria» al obtener un 74.99% de los votos; le sigue el PLC con el 14.40%, luego Camino Cristiano con 3.44%, ALN con 3.27%, APRE con 2.20% y PLI con 1.70%.
El Alto Representante de Asuntos Exteriores de la Unió Europa (UE), Josep Borrell, manifestó este lunes mediante un comunicado que las votaciones en Nicaragua “carecen de legitimidad” y que el proceso electoral quedó anulado por el encarcelamiento, el acoso y la intimidación sistemáticos de precandidatos presidenciales.
“Pedimos a Daniel Ortega que devuelva la soberanía de Nicaragua al pueblo nicaragüense, que es su titular legítimo”, indicó Borrell en su comunicado.
Gran parte de la comunidad internacional no reconoció las votaciones del domingo, luego de que el Consejo Supremo Electoral declarase ganador a Daniel Ortega. Estados Unidos, España, Chile, Panamá y la Unión Europea en general cuestionaron la legitimidad de los procesos.
El presidente Joe Biden de Estados Unidos calificó a las votaciones de ser una «pantomima», mientras que el ministro español de asuntos exteriores, José Manuel Albares, dijo que «no podían llamarse elecciones» sino «una burla».
Las votaciones de este 7 de noviembre no interrumpieron la rutina de domingo de los nicaragüenses. Un proceso en el que ganó la abstención y Daniel Ortega se aferró al poder para un cuarto período consecutivo.
Votar fue un proceso de no más de diez minutos. La escasa participación en las elecciones de este domingo fue tal que las únicas aglomeraciones se dieron cuando los centros de votación aún no abrían las puertas, antes de las 7:00 a. m. No hubo filas porque la población no salió a votar. El observatorio independiente y multidisciplinario Urnas Abiertas habla de un abstencionismo del 81.5%.
Se registró intensa conversación en las redes sociales de Nicaragua, en la que los ciudadanos conversaron sobre las votaciones del 7 de noviembre y la reelección de Ortega sin competencia política, y se puso en evidencia la red alterna que los orteguistas pusieron en marcha para difundir su propaganda, después del golpe recibido cuando Meta desmanteló su granja de troles.
20 de agosto de 2020
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