La orden de las autoridades sanitarias del Caribe es ir a las calles todos los días, casa a casa, para vacunar a la mayor cantidad de personas contra la Covid-19. Sin embargo, el porcentaje de vacunados no sube. La región autónoma del Caribe ocupa casi la mitad del territorio nicaragüense y su población es de medio millón de personas aproximadamente. Unos datos sobre las metas de vacunación en marzo, en los municipios del Caribe Sur, a los que tuvo acceso DIVERGENTES revelan que solo se ha logrado vacunar al 29%, a falta de cinco días para que termine el mes.
La meta del Sistema Local de Atención Integral en Salud (Silais) del Caribe Sur para este mes es vacunar a 18,400 personas mayores de 18 años de edad, pero hasta el momento solo se han podido aplicar 5,369 dosis de AstraZeneca. Existen 13,031 dosis pendientes. El plan incluye los municipios de la capital, Bluefields, La Cruz de Río Grande, Laguna de Perlas, Corn Island, Kukra-Hill, El Tortuguero y la Desembocadura del Río Grande.
Por ejemplo, en Bluefields se ha logrado vacunar al 40.39% de la meta (5,895 personas mayores de 18 años de edad), mientras que en el Tortuguero la meta (4,500 personas mayores de 18 años de edad) va apenas por el 17.84%.
“Pero la gente no quiere vacunarse”, declaró un funcionario del Silais, con algo de frustración, y alega que se debe a “creencias religiosas” y a que “los pastores de las iglesias evangélicas no ayudan”.
Juan Carlos Ocampo, miembro de la organización Prilaka Community Foundation– que tiene presencia en el Caribe Norte–, dijo que el más alto porcentaje de vacunación en la Costa Caribe está concentrado en las zonas urbanas o cercanas a los centros urbanos. “Pero la Costa Caribe es una región muy amplia y con zonas de muy difícil acceso”, señala Ocampo. “Además, históricamente el Estado está ausente en muchas zonas alejadas”, agregó Ocampo.
Para Ocampo este es uno de los factores más importantes. Porque la presencia del Estado en estas comunidades alejadas no se va a resolver de un día para otro, con un problema coyuntural como la pandemia, sino que “requiere cambiar condiciones estructurales a largo plazo”.